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Lutero,

La Reforma y el cambio

Por Dr. Kenneth Klaus

Los años durante los cuales la civilización salió de la oscuridad de la Edad Media, hacia el Renacimiento, estuvieron llenos de miedo.  

En realidad, eran miedos que cada generación había compartido:  
diluvios, sequías, malas cosechas, hambruna, impuestos opresivos, gobiernos injustos, ignorancia y analfabetismo. 

Sagradas Escrituras

Sagradas Escrituras

Cubierta de la traducción de Lutero de la Biblia al alemán, 1533, realizada por Lucas Cranach el Viejo.

Papa León X

Papa León X

Referencia a texto: Eventualmente, hasta el Emperador, Carlos V, y el Papa Leo, tuvieron que tratar con el monje y sus ideas reformadoras.

Emperador Carlos V

Emperador Carlos V

Referencia a texto: Eventualmente, hasta el Emperador, Carlos V, y el Papa Leo, tuvieron que tratar con el monje y sus ideas reformadoras.

Lutero en Worms

Lutero en Worms

Referencia a texto: Fue en la ciudad alemana de Worms, que el juicio de Lutero ocurrió. Lutero abrazó la oportunidad de compartir sus redescubrimientos.

Lutero fallece

Lutero fallece

Referencia a texto: Cuando Lutero murió, poco después de celebrar su cumpleaños 62, el mundo había sido transformado.

Suleiman El Magnífico

Suleiman El Magnífico

Referencia a texto: Los soldados de Suleiman el Magnífico, portando la gorra “Fez” roja, que mostraba que habían sido inmersos en la sangre de los Cristianos, aparecieron en las puertas de Viena.

Imprenta

Imprenta

Referencia a texto: La imprenta hizo posible que las ideas, cualquiera idea, podría ser universal y casi inmortal.

Johannes Gutenberg

Johannes Gutenberg

Referencia a texto: ...el primer usuario de la tipografía moderna, el impresor alemán, Johannes Gutenberg.

Universidad de Wittenberg

Universidad de Wittenberg

Referencia a texto: Ordenado como sacerdote en 1507, el aprendizaje y nivel académico de Lutero impresionaron tanto a las autoridades eclesiásticas que lo enviaron a la recién establecida Universidad de Wittenberg.

Martín Lutero

Martín Lutero

Quemando la bula del papa.

Mitos, supersticiones, lo desconocido

 

La gente también estaba acosada por la superstición y lo desconocido.  La gente ineducada estaba convencida de que las brujas, los brujos, los espíritus y los fantasmas habitaban los bosques; mapas de mares desconocidos fueron marcados por los cartógrafos con las palabras amenazantes, “Aquí hay dragones.” Este mundo fue poblado no solo por antiguas sospechas imaginarias. Parecía que cada año, el mundo europeo encontraba un nuevo, y bien fundado miedo.  En 1240, los Mongoles habían saqueado a Kiev, la ciudad del borde oriental de la Cristiandad; y  cuatro años después, la ciudad santa de Jerusalén.  En 1480, Fernando e Isabela de España lanzaron las torturas de la inquisición para purificar las mentes y las almas de su país.  Los soldados de  Suleiman el Magnífico, portando la gorra “Fez” roja, que mostraba que habían sido inmersos en la sangre de los Cristianos, aparecieron en las puertas de Viena.  Los muros de Constantinopla, invencibles por 1,000 años, habían sido penetrados por las fuerzas del Islam.

 

 


Importaciones impactantes

 

El último evento inimaginable se dio gracias al descubrimiento de la pólvora, la primera de tres exportaciones de la lejana China.  Todos los que vieron la fuerza impactante de la pólvora acordaban que era una cosa temible; pero también era algo que se podía entender y controlar. No fue así con el segundo, mal acogido regalo del Oriente: La plaga bubónica, también conocida como “La Muerte Negra.” Casi cada año entre 1347-1351, diez millones de europeos se enfermaban y se morían de la enfermedad. La plaga fue incierta y indiscriminada. La vida siempre había sido incierta, pero durante esas epidemias esporádicas, la sociedad fue despedazada. El miedo de la infección hacia que la gente evitaba todo contacto con los demás, y se aislaban. El comercio se frenaba totalmente mientras que los pueblos quedaron aterrorizados y los distritos fueron diezmados. Sin embargo, los cambios que trajeron la pólvora y la plaga eran minúsculos comparados con la revolución en la sociedad que iniciaría la tercera de las exportaciones de la China: la imprenta tipográfica. El adviento de la imprenta significaba que aunque un hombre pereciera, sus pensamientos no tenían porque perecer con él. La influencia de un hombre no se limitaría a la distancia que podía ser oído gritando y la gente que podía conocer. La imprenta hizo posible que las ideas, cualquiera idea, podría ser universal y casi inmortal.

Johannes Gutenberg

 

Esta última importación del Oriente fue tan poderosa que  cuando se les pregunta a los historiadores que nombren a las personas que han tenido el impacto más fuerte para cambiar el mundo en los últimos 1,000 años, el nombre que aparece en casi todos los listados es el primer usuario de la tipografía moderna, el impresor alemán, Johannes Gutenberg.

 
Para algunos, la tipografía y el diluvio de libros que produjo, fue sin duda, una herramienta del diablo.  En 1486, Albrecht, Arzobispo de Mainz, prohibió la impresión de todos los libros sagrados y educativos.  La razón para su acción fue doble:  Albrecht creía que una persona común nunca podría entender las sutilidades de la teología; y segundo, que era imposible que la lengua alemana comunicara los profundos significados del griego original y el latín de la iglesia. Al contrario a esta perspectiva de censura, Lutero amaba la imprenta y los cambios que produjo.  Desde 1517, cuando él comenzó a escribir para el público, hasta su muerte, Lutero escribió un promedio de un libro cada dos semanas.  Durante los primeros 10 años de la Reforma, Lutero escribió 25% de todos los libros publicados en Alemania.  Al contrario a Albrecht y los copartidarios de él, Lutero creía que el Señor quería extender Su mano personalmente a cada persona.  Como portador de esa filosofía, antes de que Lutero muriera en 1546, él cambiaría el mundo, aunque fuera de mala gana.  Él cambiaría el concepto del mundo de la salvación, la libertad humana, y sobretodo, restauraría un entendimiento Bíblico de Dios mismo.

Un Dios enojado por sus pecados

 

Fue este último cambio, la conversión del concepto de Dios, que más nos concierne.  Como niño, Lutero fue enseñado que Dios estaba justamente enojado con Sus hijos pecaminosos.  Los muchos pecados cometidos por cada hombre, mujer y niño eran como ladrillos en un gran e impenetrable muro que los separaba de la salvación.  Cuando era un joven estudiante de derecho en la Universidad de Erfurt, Lutero encontró su primera copia de la Biblia, y la leyó con miedo y maravillado. Rápidamente, descubrió que la religión era mucho más importante de lo que había pensado, y que su propia vida era muy alejada de lo que esperaba Dios.  Lutero pensó, “¿Será Dios misericordioso conmigo? ¿Puedo ser salvo?” 


Estas preguntas espantosas se magnificaron por una serie de incidentes muy personales que le pasaron a Lutero durante ese periodo.  Un día, cerca de la Pascua, Lutero sufrió un accidente. Como a todos los estudiantes, la moda dictaba que cargara un estoque o pequeña espada de punta.  

 

De alguna manera, Lutero se lesionó, cortando su pierna hasta la arteria.  Mientras esperaba ayuda, con su dedo metido en la herida, no se le ocurrió orar a Dios para que le salvara.  ¿Por qué hacerlo?  Dios estaba enojado con él por sus muchos pecados.  


Poco después del incidente del estoque, la plaga entró en la ciudad.  Entre las muchas muertes, había un número de sus amigos, compañeros de clase en la universidad.  Lutero siguió asistiendo a las clases, pero su mente estaba pensando en preguntas mas profundas que las leyes del hombre.  Él necesitaba saber, “¿Qué le pasaría a él, en la eternidad, si hubiera sido una de las víctimas de esa enfermedad mortal?”  Muy aturdido sobre estos asuntos, Lutero visitó a su padre para pedirle permiso de dejar sus estudios de derecho.  No era fácil conseguir la aprobación de su padre. 

Al regresar a la universidad, Lutero fue alcanzado por una fuerte tormenta.  Los cielos rugían en su contra.  La torrencial lluvia caía y un fuerte relámpago tras otro le  cegaba.  Lutero estaba convencido de que el diablo lo perseguía, que su muerte se aproximaba y que su alma sería perdida. Tumbado al suelo por un relámpago que pego cerca de él, Lutero pidió auxilio.  No a Dios.  Ya sabía que Dios estaba enojado con él.  No, sus palabras fueron! “Santa Ana, ayúdame!” Él juró, que si le salvaba, “Ich will ein Monch werden.” “Yo seré un monje.” La tormenta se calmó, el sol salió, y el mundo estaba en paz.  Pero Lutero había hecho una promesa, e iba a cumplir. Así pues, con miedo de un Dios que estaba tan enojado que dejo morir a Su propio hijo; y sobre las objeciones vehementes de su padre, Lutero se dio una fiesta de despedida a él mismo.  Al final de la fiesta, dio un corto discurso.  “Estimados amigos y compañeros de estudio, hoy me ven por última vez.   He decidido ser monje.” En esa misma noche, Lutero entró en el monasterio agustiniano en Erfurt.  En su afán de hacer las paces con Dios, Lutero fue con gozo a las calles para mendigar comida.   

 

Listo para hacer cualquiera cosa para apagar el enojo del Dios que mandaba relámpagos para doblar la voluntad de la gente a Su voluntad, Lutero hizo el tra-bajo de un sirviente.  Ayunos, vigilias, y flagelo debilitaban su apetito y salud. 

Espacio elaborado por Cristo Para Todas Las Naciones - Panamá

como una oportunidad para compartir e informar sobre la relevancia histórica que La Reforma Protestante ha tenido en la humanidad.

 

Fuentes: Contenido de "La Gran Brecha que Transformó al Mundo" (suplemento producido por CPTLN Panamá, con apoyo de AMILPA, IELPA, CALMS - año 2003). Imágenes de Pixabay (Sharon Ang), PhotoHDX, elrincondedios.com, arteshistoria.com, luther.de,  proel.org, cele-df.org.br, davincistore, diomedes.com, tyhturismo.com, wikipediacommons.com, playbuzz.com, pixabay.com.com, cliparthut.com, LHM.org.

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